A medida que evolucionan las especificaciones de Wi-Fi 7 en la enmienda IEEE P802.11be™ «Enhancements for Extremely High Throughput (EHT) Wireless LAN», surge el habitual murmullo sobre si las redes inalámbricas dejarán obsoletas a las redes por cable. Al igual que las anteriores implementaciones de Wi-Fi, Wi-Fi 7 dispondrá de un rendimiento máximo teórico asociado (46,1 Gb/s de subida y bajada combinados) y del «mundo real» (> 20 Gb/s de subida y bajada combinados). Basándose en este impresionante ancho de banda, resulta tentador pensar que los dispositivos IEEE 802.11be podrían soportar velocidades de transmisión a la par que los sistemas de cableado estructurado. Sin embargo, hay dos razones principales por las que no será así:
El principal inconveniente de una red de datos totalmente inalámbrica es la alta probabilidad de ralentización y saturación periódicas de la red debido al número de clientes y aplicaciones en uso. La conclusión es que, a menos que un dispositivo esté conectado a un punto de acceso 802.3be dedicado (es decir, que haya pocos o ningún otro cliente en la red inalámbrica), la velocidad de transmisión ni siquiera será comparable a la de una red de cableado estructurado 1000BASE-T. Dado que las estadísticas de mercado muestran que las empresas están migrando finalmente a 10GBASE-T en el área de trabajo, es muy poco probable que las redes inalámbricas dejen obsoletas las redes cableadas en un futuro próximo.»