El impulso hacia prácticas empresariales sostenibles desde el punto de vista medioambiental ha sido durante mucho tiempo un arma de doble filo en el ámbito de las infraestructuras de red, especialmente para instaladores e integradores. Las reclamaciones de los proveedores, las exigencias de los clientes y el posible campo minado de acusaciones sobre quién es responsable de qué pueden dejar a los profesionales de las infraestructuras de red luchando por determinar su papel definitivo en el gran mundo ecológico.
Pero incluso a medida que crece la necesidad de abordar la sostenibilidad, la cantidad y calidad de la información disponible para instaladores e integradores ha seguido el ritmo con creces. Si echamos la vista atrás unos pocos años, las afirmaciones de sostenibilidad medioambiental de la mayoría de las empresas eran una especie de salvaje oeste. Aunque podía tratarse de mensajes de buena fe, bienintencionados y basados en datos precisos, había una falta general de coherencia en los puntos de referencia medioambientales clave, así como en las metodologías para calcularlos.
Afortunadamente, el humo ha empezado a disiparse. Han surgido organizaciones independientes reconocidas en todo el mundo para establecer algunas normas ecológicas básicas que pueden ayudar a los instaladores a crear y comunicar sus credenciales medioambientales y conseguir más negocio.
Tanto si el cliente lo pide como si no, los instaladores e integradores tienen que incluir prácticas sostenibles en las licitaciones y aprovechar las cualificaciones medioambientales de los proveedores es la pieza más fácil del rompecabezas. Elegir socios ecológicos y destacar sus credenciales hace que los servicios del instalador sean más ecológicos por defecto.
Los vendedores deben tener la información a mano y los buenos dispondrán de información basada en normas reconocidas de terceros. Los instaladores e integradores pueden validar esta información con algunas preguntas básicas:
Hay muchos otros indicadores verdes creíbles y no es difícil averiguar si la información sobre sostenibilidad facilitada por un determinado proveedor es válida. Si lo es, hay que aprovecharla. Además de la información del proveedor, los instaladores también deben tener en cuenta el potencial ecológico de sus propias prácticas. Aunque la mayoría de los contratistas «limpian lo que ensucian» llevándose todos los desechos y materiales de embalaje de la obra, ¿cuán difícil sería asegurarse de que el material se recicla o se manipula de forma sostenible? Mejor aún, ¿qué documentación puede proporcionar un instalador a sus clientes que demuestre que los residuos del proyecto y el material al final de su vida útil retirado, incluida la infraestructura de red desmantelada, como el cable abandonado, se han gestionado de forma responsable? Cada vez más clientes valorarán, si no exigirán, ese nivel de documentación sobre el fin de la vida útil como parte de sus propias iniciativas de sostenibilidad y responsabilidad ante los gases de efecto invernadero.
Más allá de las prácticas en el lugar de trabajo, ¿qué controles existen para minimizar el uso de combustible reduciendo los desplazamientos hacia y desde el lugar del proyecto? ¿Existen programas de eficiencia energética y reciclaje en las instalaciones del instalador? Hay oportunidades de autopromoción de la sostenibilidad por todas partes: desde el cambio a luces LED de bajo consumo en la oficina hasta el jardín de la empresa, pasando por los nuevos inodoros de bajo consumo instalados el año pasado. Incluso el simple hecho de utilizar una de las muchas y sencillas herramientas de cálculo en línea para calcular la huella de carbono de su empresa demuestra el compromiso de un instalador, y es un error no aprovechar estos esfuerzos para crear credibilidad ecológica. Tenga en cuenta sus prácticas sostenibles (muchas de las cuales un instalador puede considerar simplemente una cuestión de eficiencia empresarial de sentido común), identifique las lagunas y las oportunidades de mejora más fáciles de aprovechar, y comparta esos esfuerzos con sus clientes actuales y potenciales.